miércoles, 2 de mayo de 2012

Sobre gilipollas



Hace una semana se presentaba en Les Corts una proposición de ley del grupo Compromís para crear un registro de regalos a autoridades y funcionarios. La propuesta fue denfendida, entre otros, por la diputada Esther López, de Esquerra Unida, quien además de apoyar la creación de dicho registro, advirtió sobre los regalos "por pequeño que sean" (aludiendo al Mini que Enrique Ortiz habría regalado a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo). Esto enfureció a algunos diputados del PP. Uno de ellos, Antonio Peral (en la foto), diputado del PP y portavoz de Nuevas Tecnologías del partido, exclamó en voz alta: "¡Déjala, que ésta es una gilipollas!"
Tanto Esther López como Mireia Mollà, de Compromís, instaron al presidente de Les Corts, Juan Cotino, a defender el decoro que tanto predica para la Cámara (recordemos que hace poco, Cotino prohibió a los diputados vestir camisetas reivindicativas por decoro).
La cosa continuó en Twitter, donde Esther López reclamó disculpas. Antonio Peral se excusó diciendo que utilizó una expresión coloquial (algo que me recuerda a la excusa de Carlos Fabra cuando insultó al líder de la Oposición en Castellón llamándolo "hijo de puta"). Eso sí, Peral debía quedarse con la razón, porque escribió otro tuit en el que decía: "Vivimos en un país de hipócritas que mientras insultan a bocajarro a los demás se rasgan las vestiduras con expresiones coloquiales".
Realmente, este es el enésimo ejemplo del nivel de debate de nuestros políticos. Insulto permanente que sustituye a las ideas. Viendo como están las cosas en Les Corts, cabría preguntarse quién es realmente el gilipollas (y que conste, por si me está leyendo el susodicho o sus seguidores, estoy utilizando "una expresión coloquial").

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