Energía nuclear

Una de las primeras reivindicaciones que hice mías desde muy pequeño fue contra la energía nuclear. Desde muy niño veía en todos los coches aquella famosa pegatina que decía: "¿Nucleares? No, gracias" y pensaba que si tanta gente estaba en contra es porque las nucleares eran malas. Después, conforme iba descubriendo que eran las nucleares, para qué servían y sus riesgos, fui afianzándome en mi idea contraria a este tipo de energía.

Y este pensamiento se ha visto reforzado desde hace unas semanas, tras la fuga en la central de Ascó. Más aún cuando su ya destituido director, como si fuera un señor Burns cualquiera, trató de minimizar el escape, cuando no de ocultarlo. La energía nuclear es inestable, y en manos humanas, lo es aún más. Es peligrosa. Es contaminante.

Existen formas más seguras y limpias de tener energía. Lástima que, como siempre, se interponga el dinero y los intereses económicos de las grandes multinacionales.